Se busca tema, enfoque, fin y sentido en general...

Así es la vida, un día nace algo tan simple como un blog, fruto del trabajo informático de una multitud de seres que buscaban facilitar nuestra comunicación o lucrar con el poco talento y/o entusiasmo que tenemos para forrarse en su lujo empresarial. De la misma forma en que nacen todas las cosas parece, brotan las palabras de las mentes de miles de personas que plasman sus mentes en diversas fuentes electrónicas (y no esperé ser una de ellas). Las palabras vuelan, las palabras invaden el mundo mediante esas ondas invisibles que terminarán matándonos. Pero, ¿acaso por eso las palabras matan? Las palabras parecen abrir puertas, cerrar ventanas, jalar gatillos, espantar aves, arrear masas conmovidas por la propaganda, pintar de rojo, sacar cuentas, y lo demás; pero no matar gente.

Es de noche, y afuera parece estar suficientemente oscuro como para ignorar los males muchas veces engrandecidos por el programa estelar. Hace un frío que puede entumir a los más gordos, y enfriar a los amantes.

Los amantes precisamente se ven de noche, igual que las muertes y concepciones, los fantasmas y las vigilias, porque en la noche espantan. Con un poco de amor podemos ignorar quizás que no tenemos sentido para este blog, si bien quizás sólo falte quererlo un poco. Y ya que me encargaron la labor de parto, haré lo posible para que no se muera sin vivir un momento siquiera.

Somos todos jóvenes, aburridos quizás algunos de gemir y quejarse de lo mal que les va en el juego, de lo sucio del amor, del asco de no tener un sentido para sus blogs. Personalmente la vida me dio el absurdo, y de éste obtengo casi todo.

La familia nos da los valores. De nuestra madre sacamos la alegria. De nuestros padres, el coraje. Sea cuál sea la forma en que las formas paternales se muestren en nuestra vida, si es que acaso no los sacamos de nosotros mismos.

Somos los que piensan quizás, y pierden el tiempo tallando en hielo los pensamientos, gélidos, que se derretirán pronto, pero que de algo servirán.

Nadie tiene en realidad un sentido, en la medida que la ironía nos asalta y destruye nuestro frágil castillo de arena, nuestras creencias. La ironía se encargará de hacer que todo lo que creamos no valga nada, pero la nada es casi igual que el todo. Quizás por eso es que algunos sólo rien, al ver la cálida imágen de una nube que flota, que se deshace, que flota como los más drogadictos, que también flotan de hecho. Todos flotan. No todos ríen, pero espero poder reir un día de la brisa fría de la mañana, de la sonrisa de un perro, de un chiste sin gracia. Cuando lo haga seré igual que como soy ahora, pero un poco menos molesto para mí mismo, después de todo ¿no es eso lo que busco? Yo que aún adolezco, que aún soy un adolescente.